Concepción, 12 de abril de 2024
Estimados Padres, Madres y/o Apoderados del colegio María Inmaculada de Concepción y señalo con este hermoso apellido para que sopesemos el valor que significa pertenecer a una institución cuya estrella es nuestra amada Virgen, donde quienes ingresamos a este colegio profesamos una Fe que envuelve una formación valórica que ustedes como familia dan constantemente a sus hijos e hijas y que luego, nosotros, reforzamos.
Hoy en día, estamos en una crisis social que se interpone a lo esencial, llevando a las nuevas generaciones a propiciar el conflicto más que el diálogo, no considerando el daño que se puede provocar. Es cuestión de mirar alrededor para observar cómo está la convivencia entre los seres humanos. Es por lo expuesto que como Directora, humildemente, les solicito conversar en profundidad con sus hijos e hijas, del trato, de la interrelación, del cuidado con las bromas que se hacen y cómo se hacen y las consecuencias, de hablar mal de alguien, de mofarse de debilidades o defectos de otros. He de señalar que todo acto trae consigo una consecuencia.
Lo mismo solicito, por favor, para nosotros los adultos. Debemos enseñar a través de nuestros ejemplos, testimonios de un trato cordial. No podemos llegar regañando a algún funcionario por alguna situación que nos molesta o que no estamos de acuerdo, diciendo improperios. Se debe conversar, dialogar, buscar una solución, porque siempre la hay. Cuando actuamos de esta manera, estamos incitando a que el hijo o hija también actué así.
En este mes y medio de clases hemos activado una gran cantidad de protocolos que no se había vivido antes y se dice que la Dirección no hace nada, pero no podemos entregar detalles, porque cada estudiante es un mundo personal y privado. Necesitamos de ustedes, necesitamos que hagan conciencia en los estudiantes de lo que produce el bullying, la falta de respeto entre compañeros/as, las insolencias hacia adultos, sean estos docentes, asistentes de la educación e incluso apoderados/as. Debemos volver a ser una comunidad donde impera el cuidado, la protección por el más débil, por el que más le cuesta, por el que calla el dolor pero que se vislumbra en su mirar.
Dios nos pide esfuerzo, dar hasta que duela en pro del hermano que necesita de nuestra mano. Debemos respaldar fuertemente esta cadena de Amor que se les pide. Que nuestros estudiantes sientan el respaldo de una Mamá, de un Papá, de una Abuelita o de alguien que los quiere y se preocupa por ellos en atención, acompañamiento más allá de regalos materiales. Que los vean en reuniones, que pregunten sus avances y ayuden a superar sus dificultades. El colegio no puede hacer todo menos sin ustedes.
Con dolor se observa, que muchos estudiantes se sienten solos y requieren del combustible de la vida que Dios nos heredó a través de dar la vida por nosotros/as.
Hace unos días, un apoderado/a me instaba a que ustedes respetaran los espacios externos de los estudiantes; es decir, que el entorno del colegio esté libre para la circulación de los niños y niñas, ya que no se respetan las veredas. Suben sus autos a lugares que son solo para el peatón con el consiguiente riesgo de atropellos u otro tipo de accidente. Comencemos por estos pequeños grandes detalles, por favor.
El respeto también se manifiesta en acatar las normas que rigen toda institución y respaldarlas dentro de la formación de los estudiantes. El incumplimiento de ellas se suma a todo lo anterior. NO olvidar que estamos formando personas que mañana serán adultos o adultas de bien, profesionales que dirigirán aquello que Dios y ellos/as quieran y los harán en base a los principios y valores que la familia y la escuela les brinden. El tiempo no se devuelve y lo que no se haga ahora será perdido. Esto va más allá de la letra de un contenido o de una calificación.
Agradezco a la gran mayoría de Papás, Mamás y Apoderados que nos acompañan en todo el quehacer escolar, respaldando nuestro Proyecto Educativo Institucional, nuestro Ideario formativo pastoral en beneficio de sus hijos e hijas. Dios quiera que quiénes no lo han estudiado, lo hagan de forma que comprendan lo que deseamos lograr en el alma y corazón de su hijos e hijas.
Por último, la Convivencia y la Buena convivencia nace en la Familia y se vive en todo el quehacer de cada uno de los integrantes de este mundo que por ahora remitimos a nuestro amado colegio. No busquemos culpables externos. Mejoremos al interior, porque algo está fallando y es hora de averiguarlo y redundará en el colegio.
Un abrazo fraterno y la seguridad de que haremos, como comunidad educativa pastoral, todo lo que estoy segura, que Dios, la Virgen y Nuestra querida Madre Paulina nos inspira e inspirará para lograr erradicar las pequeñas y grandes debilidades que tenemos en convivencia.
Confiando en ustedes.
ATENTAMENTE
DIRECCIÓN
COLEGIO MARÍA INMACULADA
CONCEPCIÓN
